El retrato de Antoine y Marie Anne Lavoisier pintado en 1788 por Jacques-Louis David es todo un icono de la ciencia. El cuadro, que se encuentra en el Metropolitan Museum de Nueva York, representa al matrimonio cuya colaboración estrecha propició algunos de los principales avances de la revolución química de finales del siglo XVIII, un momento de serenidad solo seis años antes del trágico final de Antoine Lavoisier, ejecutado en la guillotina durante la Revolución francesa por su papel de recaudador de impuestos y su asociación con la corrupción del Antiguo Régimen.
En la obra la pareja se muestra rodeada de los aparatos científicos que propiciaron aquellos descubrimientos, pero la intención original del retrato era muy diferente de lo que podemos contemplar hoy día en las paredes del museo. Ahora sabemos que, sobre la marcha, y en vísperas de la revolución, el cuadro y su mensaje sufrieron una profunda transformación.
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